El rincón del bibliófilo.

Carta del Rey Sancho IV de Castilla dirigida a los Concejos de Extremadura.

Carta plomada del rey Sancho IV, hijo de Alfonso X el Sabio, fechada en Valladolid 22 mayo 1293, dirigida a los Concejos de Extremadura. Firmada por oficiales. Falta el plomo. Manuscrito en vitela, 75 x 50 cm. Se trata de una recopilación dirigida específicamente a Extremadura de los ordenamientos de las Cortes de Valladolid de 1293. Estas cartas plomadas eran redactadas para comunicar a diferentes lugares del reino las decisiones que se habían tomado en las Cortes.

El rey comienza la carta describiendo los servicios que tanto él, como su padre y su familia habían recibido de los extremeños. Entre otras cosas, menciona su participación en el Tratado de Monteagudo de 1291 entre Sancho IV y Jaime II de Aragón y su contribución en la toma de Tarifa en 1292. Estas Cortes de Valladolid fueron las primeras en las que se presentaron los ordenamientos como un juego de preguntas y repuestas. La temática principal de los 27 ordenamientos son la unificación del derecho de Castilla, las quejas de los concejos que reciben agravios de los ricos hombres y caballeros, las reformas en la administración de la justicia, la extirpación de los abusos en materia de pechos y servicios, la enajenación de heredamientos de realengo, la provisión de los oficios de escribano público.

De especial importancia son las leyes dedicadas a los judíos y a los moros. Mientras que durante muchos años los reyes habían sido reacios a actuar contra los privilegios que disfrutaban los judíos por los beneficios que aportaban a la hacienda real, durante el siglo XIII bajo presión de los concejos se habían visto obligados a reducirlos. En las Cortes de Valladolid el rey confirmó los ordenamientos hechos por Alfonso X acerca de los Moros y Judíos vasallos del Rey en las Cortes de Valladolid de 1258 y en el Ayuntamiento de Jeréz de 1268, reduciendo las usuras al tres por cuatro al año, y añadió que si el acreedor no reclamase la deuda dentro de treinta días después de vencido el plazo, no devengase interés, salvo si la carta fuese renovada. También limitó la duración de estas cartas de deuda a seis años y ratificó el ordenamiento hecho en el Ayuntamiento de Palencia de 1286 sobre que los Judíos y los Moros no tuviesen alcaldes apartados. Prohibió que adquiriesen por compra, donación u otro título cualquier heredamiento de cristianos, excepto si les fuesen adjudicados por vía de pago, y aún así con la obligación de venderlos dentro de un año, y renovó lo mandado por Alfonso X acerca de la forma de los contratos de prenda entre los Moros y Judíos y los cristianos.